Lombard Odier es uno de los bancos privados más prestigiosos y antiguos de Ginebra. Fundada en 1796, es reconocida por sus valores de excelencia y servicios personalizados. El banco atrae a una clientela internacional en busca de servicios hechos a medida. Con el paso del tiempo, su evolución le ha permitido innovar mientras preserva su experiencia en la gestión patrimonial.
Hoy marca un nuevo capítulo importante para Lombard Odier, que se muda a nuevas oficinas más modernas para el inicio del año, adaptadas a los nuevos desafíos a los que tendrá que hacer frente.
Pero no se trata solo de un cambio de ubicación. Más allá de una reorganización logística, es una voluntad de adaptarse e innovar en un sector que evoluciona constantemente: la banca privada. Este traslado es un paso crucial para la institución y también envía un mensaje contundente para el futuro de la banca privada en la ciudad.
Las nuevas instalaciones, situadas en el corazón del distrito financiero, han sido diseñadas para fomentar la colaboración, pero también para preservar la privacidad, algo muy importante en la gestión patrimonial. Dicho de otro modo, es un lugar donde los intercambios son más fluidos sin sacrificar la discreción.
El entorno de trabajo, un factor clave
En una profesión donde los clientes buscan respuestas rápidas, personalizadas y seguras, el entorno juega un papel clave. Esto es lo que ofrece Lombard Odier: unas instalaciones donde los equipos podrán colaborar, respetando siempre la necesidad de confidencialidad.
Ginebra, un nuevo edificio
El edificio fue diseñado por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron. Han realizado 600 proyectos en 40 países, en los ámbitos social, cultural y empresarial. Este nuevo sitio permitirá reunir a más de 2.000 empleados que anteriormente estaban distribuidos en varias oficinas.
Además, poniendo en primer plano la sostenibilidad, el banco ha integrado las últimas tecnologías verdes para reducir el impacto ambiental, con el objetivo de obtener certificaciones de construcción sostenible.
Invertir en el futuro
Al final, este traslado es una inversión en el futuro. Su objetivo es proporcionar a los empleados las mejores condiciones para seguir destacándose en su campo. Más que un simple espacio físico, estas oficinas aceleran la innovación, mientras mantienen los principios fundamentales que han hecho famosa a la institución: discreción, servicio personalizado y experiencia.
Con estos nuevos espacios, Lombard Odier busca evolucionar sin perder su identidad. Es un mensaje positivo para la ciudad de Ginebra, ya que refleja su papel como centro financiero global capaz de unir tradición y modernidad.